Día 11
Madrugamos mucho este día, desayunamos y a las 7:50h ya estábamos en ruta, por delante muchos kilómetros, íbamos a recorrer el famoso Big Sur, que se localiza a lo largo de la carretera escénica californiana Highway 1. Esta carretera recorre la rocosa costa del Pacífico a lo largo de casi 800 kms, pero es más o menos desde la localidad de Carmel-by-the-Sea al norte hasta San Simeón (aunque algunos la alargan hasta Morro Bay) al recorrido que se conoce como el Big Sur. En este trayecto la carretera zigzaguea, baja, sube asomándose una y otra vez al Pacífico.
Pero tuvimos la mala suerte de que partes de la costa icónica del Big Sur habían estado cerradas temporalmente debido a las tormentas invernales de 2017. Esas fuertes lluvias provocaron deslizamientos de tierra y cuando fuimos nosotros todavía permanecía cortado un tramo en Mud Creek cerca de la pequeña comunidad de Gorda así que eso hizo que tuviéramos que desviarnos, nos hizo perder algo de tiempo y además no nos permitió ver el tramo desde ese punto hasta Morro Bay. El corte estaba más o menos donde tengo la señal de prohibido en este mapa con la ruta completa que hicimos ese día.
El tramo se reabrió en el mes de julio, nada menos que 547 días después de la fecha del derrumbe (20 mayo 2017) y cuando estoy escribiendo este post.
Aquí os dejo una imagen aérea de ese día para que os hagáis una idea de lo que fue ese enorme deslizamiento de tierra. Se desplomó más de un millón de toneladas de roca y tierra!!!! (fuente de la foto: https://www.mercurynews.com)
Pero ojo porque esto de los derrumbes es más frecuente de lo que parece ya que según he podido leer más de 60 veces en su historia la Big Sur ha tenido que ser cortada al tráfico por desprendimientos de tierra, así que informaros bien antes de recorrerla.
Dado que necesitábamos avanzar lo más rápido posible, desde Santa Mónica cogimos la carretera 101 y más adelante la 154 para entre un paisaje de viñedos (como sabréis los «caldos» californianos son muy famosos tanto en USA como fuera del país) llegar a la localidad de San Luis Obispo en unas 3 horas y media. Echamos gasolina y al poco de pasar esta localidad nos desviamos de la 101 hacia la izquierda por tomar la G18, el obligado «atajo» por la montaña para evitar el tramo cortado. Ese tramos nos llevó 1 hora y media aproximadamente con un tramo final horrible de curvas hasta que desembocamos en la famosa carretera, una pena que hubiera niebla porque el paisaje según vas bajando sin ella habría sido precioso.
Nada más llegar a la Highway 1 nos detuvimos en miradores para apreciar los acantilados que tanta fama le han dado a esta carretera.
Es verdad que es aconsejable hacer la ruta de norte a sur, para tener la costa a mano derecha según bajas pero por nuestro planing de ruta no teníamos otra opción que hacerlo al revés.
Eran ya las 13:30h y necesitábamos ya un break que podríamos aprovechar para comer algo así que en el primer sitio que vimos, paramos, y ese fue el restaurante Pacific Edge.
El sitio está situado frente a la costa, con unas preciosas vistas.
Entramos y cogimos una mesa frente a la ventana, pedimos la carta, había lo típico, así que pedimos una hamburguesa.
En la mesa de al lado ví una tarta que me apeteció y decidí pedírmela, por lo visto era casera. Pedimos la cuenta y llegó el sablazo, total 64$, nada menos que 11$ costó la tartita y 4.75$ cada uno de los dos cafés y 17 cada hamburguesa. Quitando eso la comida estuvo muy bien en un estupendo lugar.
Al salir vimos lo que debían ser dos amiguetes recorriendo la Big Sur, así también viajo yo 😉
Desde este punto hasta el inicio de la Big Sur sólo hay 60 kms, y eran las 14:30 de la tarde así que teníamos tiempo para ir parando y viendo los lugares más interesantes. Continuamos hacia el norte y a unos 20 kms teníamos uno de los parques más populares, el Julia Pfeiffer Burns State Park, donde encontramos la McWay Falls, una caída de agua de 23 metros de altura que desemboca directamente en una bonita playa. Está muy cerca de la carretera, a apenas un par de minutos caminando con lo que estaba muy concurrida de gente con sus cámaras para fotografiarla desde arriba porque no vimos un camino para bajar a ella. En este parque hay rutas muy interesantes de senderismo, algunas de las cuales permite ver secuoyas.
Volvimos al coche y paramos en algún mirador más que nos permitiera ver una perspectiva de la carretera, esta hacia el norte. Una lástima que el día no estuviera soleado, aunque parece que no es inusual encontrarnos este clima en esta zona.
Como a unos 30 kms después llegamos a otro punto que teníamos marcado como interesante, Pfeffer State Beach. Esta se encuentra un poco más apartada y sobre todo más escondida, el desvío no está indicado. Si ponéis esta carretera en Google Maps la encontraréis sin problemas: Sycamore Canyon Rd Big Sur.
Por una carretera sinuosa y muy estrecha y donde deberéis tener cuidado ya que apenas caben dos coches en algunos tramos llegaréis a un puesto donde deberéis pagar 10$ por entrar para ver la playa. Allí hay un pequeño aparcamiento y baños públicos. El camino hasta la playa son apenas 3 ó 4 minutos por un paisaje de grandes árboles.
Y por fin llegarás a la playa. Nosotros tuvimos la suerte de que de repente apareció el sol y pudimos verla mucho más lucida, eso sí, hacía mucho viento.
Lo más característico de esta playa es la gran roca que tiene un hueco en su parte posterior y por donde en el atardecer se cuelan los rayos del sol a punto de esconderse e iluminan la playa de unos destellos maravillos, esta es. Una lástima que no nos pillara cerca de la puesta de sol porque he visto fotos preciosas en Instagram.
Como no fue el caso he de decir que la playa me gustó pero no me entusiasmó tanto como a otros que he leído, bajo mi humilde opinión hay playas mucho más bonitas en el norte de nuestro país, pero bueno, esto es USA y todo se magnifica, aún así la recomiendo si no os importa pagar los 10$ por entrar (por vehículo).
Volvimos a la Hwy 1 y tras otros 30 kms llegamos al punto que más me gustó de la ruta que vimos, el célebre Bixby Bridge. A pesar de que de nuevo aparecieron las nubes bajas y se nubló bastante, sí que me gustó mucho la vista junto al impresionante puente de piedra que se eleva unos 80 metros sobre el mar y que data de 1932.
A mí que me gusta «mojarme» en mis impresiones, si me preguntan mi opinión no diría que fuera una ruta que me entusiasmara, he visto lugares y carreteras en otros países y por supuesto en España que superan a esta en paisajes. Unos estaréis de acuerdo y otros no pero es mi humilde opinión, supongo que cerca del atardecer y con un día más soleado podría mejorar mi opinión.
Todo esto lo digo porque en esta zona sí que quizás habría empleado un día más en recorrerla porque lo que hicimos fue una paliza pero si tengo que elegir no cambiaría nada de lo que ví antes en el viaje por dedicar más a esta zona. Con ese día extra y entre los lugares interesantes que tenía apuntados estaban Santa Bárbara, San Luis Obispo, Solvang (un pueblo que parece danés 100%), el Hearst Castle (un castillo en un enorme rancho que fue propiedad del magnate de la comunicación William Randolph Hearst) y alguno más.
Desde el puente teníamos otros 24 kilómetros hasta el pueblo de Carmel-by-the-Sea. Por el camino otro lugar de nombre curioso, Garrapata Beach, y es que por esta zona estaba todo lleno de nombres de origen español, algunos muy divertidos.
El pueblo de Carmel es un lugar donde las grandes fortunas americanas han sabido encontrar su espacio, un rincón idílico si no fuera por los turistas que vagamos por sus calles.
Aparcamos el coche y preguntamos si tendríamos que pagar, pero al ser ya las 18:30h nos dijeron que no hacía falta. Fuimos a su calle principal donde se concentraban la mayoría de restaurantes y tiendas.
El paseo junto a estas casas, algunas preciosas, lleno todo de naturaleza y con unos jardines llenos de flores fue de lo más placentero y esto sí que nos gustó mucho. Como seguro leeréis en cuanto busquéis algo de información de este pueblo «vip», Clint Eastwood fue su alcalde por un tiempo, y a ver quién le llevaba la contraria a Harry el Sucio :):)
Bajamos a conocer su espectacular playa, también muy recomendable para ver su atardecer. Lástima de esos nubarrones.
Tras un par de horas de paseo, de entrar en alguna tienda y como nos dió la impresión de haber visto lo más interesante y también que estábamos cansados del largo viaje decidimos ya ir en busca de nuestro hotel.
En la zona de Monterey podéis encontrar alguno bastante económico, y como iba a ser muy de paso ya que sabía que llegaríamos bastante tarde cogí uno no muy caro así que elegí el Howard Johnson Marina at Monterey Bay, a unos 16 kms al norte de la ciudad californiana y menos mal que llevábamos GPS porque estaba bastante perdido.
Pagaríamos 95$ con desayuno y la verdad es que la habitación estaba muy bien, curiosamente sin moqueta y con la cama más grande de todas en las que habíamos estado, más de 2 metros de ancho!!! qué placer!!!
Estábamos muertos después de casi 600 kms recorridos así que decidimos comprar algo en un supermercado de la gasolinera que está al lado y terminar las provisiones que nos faltaban. Ese día también dejaríamos ya nuestra nevera de corcho abandonada en el hotel, no sin antes dedicarle una oración de despedida por el servicio que nos había prestado ;). Pronto nos fuimos a dormir, al día siguiente teníamos un vuelo por delante, otra vez a las Vegas!!!!
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