EGIPTO

La verdad que Egipto nunca me atrajo especialmente pero no por el país en sí, que alberga tesoros impresionantes, sino por ser un clásico del turismo internacional y por tanto ser sinónimo de masificación de visitantes (algo que detesto especialmente) pero este año que lo ofrecían recurrentemente casi todas las agencias de viajes, pensé que esta época post COVID podía ser una buena oportunidad de visitarlo sin tantas aglomeraciones así que nos lanzamos mi compañero de viajes Manolo, con la pareja de aventureros Lourdes y Chuchi, a visitarlo.

La opción de viaje que nos ofrecía la agencia, que es lo que suelen ofrecer la mayoría, era vuelo charter hasta Luxor, en el medio del país, para luego ir bajando en un crucero por el Nilo hasta la zona de Asuán y finalmente tomar un avión para subir a El Cairo y regresar. Por el viaje pagamos unos 1,039€ (a lo que hubo que añadir otros 95€ de gestiones del visado y cuota de servicio que llaman ellos). Elegirmos la opción 3 de 4 que nos ofrecieron, siendo 4 la categoría más «alta» de hoteles, crucero y ojo, y aquí pongo mucho énfasis porque esto es importante, todo aquello que incluye y no incluye ese precio. Esto me fuí dando cuenta de que es fundamental en un viaje organizado (repito que yo nunca he ido con viajes programados al 100% con lo que soy bastante novato en este tipo de escapadas ya con planing hecho).

Por este motivo, esta entrada va a ser diferente a todas las que he completado hasta ahora en mi blog, va a ser mucho más breve, ya que como supongo que haréis si váis a Egipto, lo realizaréis con un viaje organizado, recordemos que años atrás este país tuvo varios atentados que hicieron de la seguridad un obstáculo catastrófico para la llegada de visitantes y el hundimiento del turismo en el país. Con no muchas opciones de elección yo os iré diciendo mi opinión sobre lo que visitamos y lo que hicimos y todo aquello en lo que os pueda ayudar a elegir a la hora de coger del viaje antes o elegir una vez allí las visitas extras que os ofrecerán recurrentemente, eso sí, siempre será una opinión 100% subjetiva.

Comenzaré dando, eso sí, un consejo muy importante a la hora de elegir la época del año en la que viajar a Egipto y os lo digo porque yo cometí un error que me hizo sudar más de lo previsto en el destino. Yo revisé las temperaturas en el Cairo a lo largo del año y ví que en mayo por ejemplo las previsiones arrojaban unos 32 – 33º de máxima y 18º de mínima y dije, bueno, soportable, ¡ERROR! Tenéis que tener en cuenta que más de la mitad de vuestro viaje se desarrollará en la mitad sur de Egipto, de Luxor hacia abajo, y el clima es mucho más árido y por supuesto, sofocante. Por poner un ejemplo, en Luxor nos encontramos casi 40 grados de máxima (incluso 3 días antes de llegar nosotros, daban máximas de 43), así que ya sabéis, fijaos en las temperaturas medias de ciudades como Luxor o Asuán, más al sur. Yo sin duda, trataría de no ir de mayo a septiembre, y más con el cambio climático en el que estamos desgraciadamente inmersos.

Llegamos un 7 de mayo a Luxor en un vuelo charter y tras los controles de pasaportes salimos fuera del aeropuerto donde empezó el caos de repartir a todo el mundo a los diferentes grupos, esto fue bastante tedioso y lento. Nosotros fuimos con la agencia mayorista MONTURISTA TRAVEL (no la conocía anteriormente, ni me sonaba, nos fiamos de la agencia de viajes local con la que contratamos el viaje).

Nos llevaron directamente a nuestro barco, llamado Concerto. No os esperéis un barco moderno, estos son como edificios enteros y que así a ojo me arriesgo a decir que no tienen menos de 40 años. Madre mía que contaminación generaban cuando se juntaban varios formando unas apestosan nubes negras de polución, pero bueno, poco a poco le fuimos cogiendo cariño.

La parte de arriba, con la piscina, las tumbonas y un pequeño bar para tomar algo, estaba muy bien y desde luego nos ayudó a pasar los momentos de navegación y calor sofocante.

El primer día y tras dejar nuestras pertenencias en los camarotes, que la verdad que estaban reformados y tenían tanto la habitación como el baño un tamaño adecuado, cenamos en el buffet del barco y salimos a hacer una excursión por Luxor que nos ofrecieron por 15€. El buffet pues bueno, siempre había algo que se podía comer pero la calidad no era «para tirar cohetes»

Al salir del barco para la excursión, nos estaban esperando unas calesas, medio de transporte que probaríamos varias veces en este viaje, para darnos una vuelta por Luxor y hacernos una idea ya nada más llegar del caos, suciedad y desorden de las ciudades egipcias. Después de unos minutos de paseo por la ciudad que la verdad que lo hicimos cómodamente y siempre recibíamos las sonrisas de los egipcios, terminamos en la famosa Avenida de las Esfinges, que en el año 2012 el Gobierno del país rehabilitó para poder unir de nuevo Luxor y Karnak a través de este paseo de 2,7 kilómetros de longitud y que tiene nada menos que 1.350 esfinges (650 recuperadas en las excavaciones). El paseo de noche iluminado estaba bien bonito. Allí nos invitaron a tomar sentados junto al paseo un té a todo el grupo y tras unos minutos de charla nos llevaron de vuelta a nuestro barco. La verdad que como toma de contacto con el país y por lo barata que fue esta excursión de un par de horas, yo sí que recomiendo hacerla.

Domingo 8 de mayo

El día siguiente fue el más agotador y sobre todo en el que más sufrimos el azote del dios «Ra» de todo el viaje. Madrugamos y comenzamos visitando el Valle de los Reyes, a unos 30 kms de Luxor, donde se encuentran las tumbas de la mayoría de faraones del llamado Imperio Nuevo. Son auténticas obras de arte, decoradas por los pintores y escultores más importantes de aquella época. Hay la opción de ver la famosa de Tutankamon, que hay que pagar aparte pero no la considero interesante ya que todo lo que había dentro, tanto las ofrendas como el sarcófago, y sobre todo la maravillosa máscara de oro macizo, se encuentran en el museo de El Cairo. Además este murió joven (con sólo 19 años), con lo que la ornamentación de la tumba es menor que la de otras, pero bueno, si no os importa gastaros el dinero, adelante. Las dos que visitamos, espectaculares (sólo pongo esta foto de los exteriores para no adelantaros nada).

Después visitamos los Colosos de Memnon, hicimos foto y poco más, para luego acercarnos después a un templo espectacular, el de Hatshepsut. En este lugar si me permitís os daré un consejo, que se repetirá en el resto del viaje. Atención a los gentilezas de los egipcios que están «vigilando» los monumentos, algunos se ofrecen a enseñarte algo «oculto», otros a hacerte fotos, a colocarte el pañuelo de la cabeza, pero ya sabes, al final, os pedirán dinero así que tenerlo en cuenta. Incluso el que os lleva en un cochecito eléctrico, aprovecha la mínima para extender la mano, pero bueno, si no queréis darle, con educación se les dice que no y ya está, hay que entenderlos también, no les prometáis lo que no váis a cumplir en plan, a la vuelta te doy, porque tienen muy buena memoria, os lo puedo asegurar.

Tras esquivar a los vendedores que os ofrecerán sus artículos con una insistencia que en pocos sitios he visto, nos acercamos al siguiente punto, el Templo de Luxor. Este recinto fue concebido como un complemento del otro gran templo de la ciudad, el de Karnak, y su construcción fue impulsada principalmente por los faraones Amenhothep III y Ramsés II. Es uno de los templos mejor conservados del antiguo Egipto.

A continuación nos acercarmos al próximo Templo de Karnak, otro templo imprescindible y espectacular, el más grande del país. Por supuesto es muy importante el guía que os toque para todo el viaje. Nosotros tuvimos la gran suerte de tener a Mustafá, un profesor de Egiptología de la Universidad de El Cairo metido a guía turístico, que tenía unos conocimientos increíbles, y su atención en general, fue muy muy buena.

Terminamos sobre las dos de la tarde este intenso día, y agotados y muertos de calor, rozando los 40 grados, volvimos a nuestro barco para comer y descansar toda la tarde. El barco comenzaba su navegación hacia el sur por el río Nilo. Ese mismo día nuestro guía nos ofreció tarjetas para tener internet en el móvil por las que pagamos 17€ y que nos funcionaron muy bien (en el aeropuerto estaban más caras).

Lunes 9 de mayo

Al día siguiente nos levantamos en la ciudad de Edfu, desayunamos y de nuevo en calesas y tras cruzar unas calles más que humildes y sucias llegamos al templo, sorprendiéndonos de nuevo para mal lo poco ciudado que tienen los accesos a esos espectaculares lugares, aunque es verdad que nos olvidamos enseguida cuando comenzamos a visitarlo. Este fue uno de mis favoritos del viaje, junto con Abu Simbel. Este templo de Horus o del dios Halcón, a diferencia de los del día anterior, es de la época helenística, cuando Alejandro Magno conquistó Egipto. Es el segundo más grande después de Karnak y se encuentra también en muy buen estado de conservación en general y no será porque haya vigilantes o seguridad controlando el patrimonio o alguna pantalla para cubrir sus maravillosos relieves.

A la salida y entrada de los templos, los vendedores nos ofrecían constantemente cambiarnos monedas de euro por billetes, esto les interesa a ellos porque les permite luego cambiarlas por libras egipcias ya que los bancos sólo aceptan papel. Es una buena opción coger sus monedas de vez en cuando porque os permitirá tener «suelto» para comprar cosas baratas, dar propinas, etc.

Volvimos a nuestro crucero para continuar navegando hacia el sur y realizar la siguiente parada para visitar otro templo importante, el de Kom Ombo, también de la época helenística como el de Edfu aunque mucho más pequeño.

Aunque su tamaño e importancia es menor, lo compensa la belleza del lugar en el que está enclavado, junto al río Nilo y cuya vista desde nuestro barco al atardecer, era espectacular.

Además de la visita al templo, la entrada incluía la entrada a un museo dedicado al cocodrilo del Nilo, un animal divinizado por los antiguos egipcios en la figura del dios Sobek. Encontraréis unas cuantas estatuas del animal e incluso unos cuantos disecados, bien, sin más.

Continuamos nuestro camino hacia el sur para llegar al final del trayecto con nuestro barco, la ciudad de Asuán, de unos 350,000 habitantes.

Martes 10 de mayo

Nos levantamos y tras desayunar en el buffet del barco, que como podéis ver en esta foto tenía bastante variedad aunque la calidad no fuera la mejor, mucho industrial y poco «casero».

La ciudad de Asuán es interesante y muy importante en Egipto, es célebre sobre todo porque además de todas las joyas arquitectónicas que alberga, también lo hace de la famosa presa del mismo nombre sobre el Nilo. Esta es una de las mega construcciones de ingeniería más importantes del siglo XX. Su construcción, que dio origen al lago Nasser, duró de 1960 a 1970. La presa se construyó para aliviar las inundaciones anuales y las sequías ocasionales que vivía el país pero a cambio tuvo algunos efectos colaterales como que sumergió algunos templos bajo sus aguas, algunos fueron rescatados, como Philae o Abu Simbel, y otros incluso volaron unos cuantos miles de kilómetros como el de Debod que acabó en la capital de España como agradecimiento a la ayuda prestada por nuestro país a su construcción.

Hay una excursión barata que te permite ir a la presa y que no hicimos pero una compañera que la hizo dijo, y es su opinión, que no merecía mucho la pena.

Madrugamos de verdad para salir a las 4 de la mañana en autobús y recorrer los aproximadamente 282 kms que hay hasta nuestro destino, el deseado y lleno de expectativas, Abu Simbel. El tiempo en autobús es de aproximadamente unas 3 horas de ida y lógicamente lo mismo de vuelta. Se llega casi hasta la frontera con Sudán y la carretera, cruzando puro desierto, es de esas dignas de ver. Lógicamente el viaje en el mismo día, es una paliza, pero sin duda merece la pena. Hay gente que organiza el viaje para ver el amanecer desde allí, sobre todo los que tienen la opción de un crucero por el lago Nasser.

Perdonarme que aquí me extienda un poco más pero es que todo de este templo es impresionante como nos contó nuestro guía. Realmente no es uno sólo, si no dos, el más famoso dedicado al faraón Ramsés II y el otro a su primera y favorita esposa Nefertari. Luego de la caída del Imperio Egipcio estos templos fueron enterrados por el tiempo bajo las arenas del desierto, hasta que en 1813 y 1817 un explorador egipcio y uno italiano respectivamente los descubrieron.

Con la construcción de la presa, este templo como el de Philae quedaría sumergido debajo del lago Nasser así que entre 1964 y 1968 se llevó a cabo una obra colosal. Durante estos 4 años los gigantescos templos fueron desarmados pieza a pieza y reubicados con ayuda de un grupo de ingenieros de varios países y una inversión de 36 millones de dólares. Los templos fueron desmantelados y armados de nuevo en una colina artificial 65 metros más alta y 200 metros más alejada, impresionante.

El templo dedicado a Ramsés, ofrece cuatro enormes estatuas del faraón de nada menos 20 metros de altura y que fueron esculpidas directamente sobre la roca. Pero el interior no le va a la zaga en cuanto a espectacularidad, las salas interiores de ambos templos están decorados con frescos enormes que han conservado su color pese al paso del tiempo y estatuas gigantescas que sostienen la estructura.

Cuando Ramses II construyó su templo en este terreno, al lado del mismo, ordenó construir uno similar pero más pequeño. Este templo sería en honor a su mujer Nefertari.

Una vez que regresamos a Asuán y comimos en el barco, hicimos una visita a una tienda de especias, es la típica visita de esas que a priori pueden resultar pesadas pero yo la verdad que en mis últimos viajes me gustan cada vez más. Está claro que son 100% comerciales pero nadie te obliga a comprar nada y si no tienes una mejor opción que te pueda quitar ese tiempo, no me parecen mal. Fuimos a una tienda que debe ser de las más conocidas de la ciudad y que por lo bien que estaba montada, debía ser un próspero negocio. La tienda se llama Al Attar Spices y es enorme. Sólo recomiendo una cosa si váis a comprar, aseguraos de lo que pagáis y que al cambio al euro, es lo acordado.

Más tarde tomamos una barca para acercarnos a visitar un templo imprescindible, el de Philae. Como comenté antes, fue rescatada y trasladada piedra a piedra de su localización original y se situó en una isla lo que le proporciona una belleza espectacular.

Este templo me encantó, pasamos un buen rato allí recorriéndolo, y si lo podéis ver al atardecer, mucho mejor.

Volvimos al hotel para ducharnos y cambiarnos, y ver qué figura hecha con toallas nos había dejado esta vez el servicio de habitaciones en nuestro camarote, y la verdad que este día, se merecía un premio 🏆, qué pasada ¿no? jeje.

A continuación, y ya de noche, nos ofrecieron otra excursión por 25€ para conocer Assuán que finalmente aceptamos. De nuevo nos vinieron a buscar en calesa y los cuatro, junto con el guía comenzamos nuestro tour. Visitamos primero la Iglesia copta del Arcángel Miguel que nos abrieron sólo para nosotros, interesante y más con las explicaciones de nuestro guía.

Luego sí que nos dieron un buen paseo por la ciudad, y me gustó mucho porque nos metieron por calles no sólo principales si no por barrios de lo más humildes que no nos habríamos metido de no ir con el guía. Me encantó esta parte, además en un medio de transporte tan cómodo. Tomamos un café en una plaza de la zona moderna de la ciudad y regresamos a nuestro alojamiento flotante. La verdad que sin ser nada del otro mundo, la excursión me gustó.

Miércoles 11 de mayo

Al día siguiente teníamos incluido en el precio, aunque supimos que su precio era de 40€, la excursión llamada visita al pueblo Nubio, y tengo que decir que sin ninguna duda, fue el mejor tour de todo el viaje, tenerlo en cuenta.

Comenzamos subiéndonos a una faluya, típica embarcación del país.

El clima estaba fantástico, era temprano, no hacía calor y corría una brisa muy agradable. Comenzamos con un poco de turisteo, baile, cánticos del país y abalorios para comprar pero todo sin agobios, la complicidad con el grupo y nuestro guía, permitió un más que agradable paseo por el Nilo hasta llegar al pueblo Nubio. Durante el trayecto podréis ver el mausoleo del sultán Aga Khan, con una más que interesante historia que espero os cuente vuestro guía, me recordó al Taj Majal, salvando las distancias obviamente. Tras unos minutos, sabréis que habéis llegado al pueblo nubio Gharb Soheil por lo colorido de sus casas.

Nos bajamos y recorrimos sus coloridas calles, llenas de tiendas para los turistas y que en todo momento nos recibieron con sonrisas, lejos de los agobios de otros vendedores. Los nubios son una cultura milenaria que se desarrolló entre el sur de Egipto y el norte de Sudán. Actualmente existen varios pueblos nubios, del que Gharb Soheil es la localidad más importante, pero el resto se extiende a lo largo del valle del Nilo.

Nos llevaron a una zona cubierta muy agradable llena de asientos donde nos ofrecieron un aperitivo de pan con miel y bebidas calientes, café o té. Una vez allí comenzamos con un par de turistadas como un cocodrilo pequeño para hacernos fotos, poder fumar un narguile o cachimba con la que nos echamos unas risas. También por cinco euros te hacían un pequeño tatuaje con henna. El ambiente era de lo más agradable y pudimos jugar con los niños que como siempre estaban muy entretenidos con la llegada de estos turistas blancos.

Poco después nos invitaron a conocer su escuela donde vino lo más divertido de todo.

Allí nos guió hasta una clase un maestro que parecía muy serio y nos hizo sentarnos en las sillas cual alumnos. No os desvelo la clase que nos dio pero nos reímos mucho y el profesor fue muy muy simpático, de los mejores momentos del viaje.

Tras la visita volvimos al barco y paramos no muy lejos de allí para darnos un chapuzón en las aguas del Nilo, que en esta zona, la verdad es que estaba muy limpio.

Después del tour, nos llevaron a otra visita 100% para turistas, esta para comprar esencias de perfume, gran tradición por supuesto en Egipto. El guía nos llevo a Gheve Perfumes (grupo Hispano Egipcio de Ventas de Esencias). Ya sabéis, charla, un poco de humor y luego una hoja donde aparecían las esencias que ofrecen y al lado un espacio para apuntar las marcas internacionales equivalentes que nos iban dictando.

Como siempre digo en este tipo de negocios, el que quiera comprar bien y el que no, pues no. La «pureza» de las esencias que venden… pues habrá opinión para todos los gustos, yo compré un par de esencias y la verdad que no me sentí engañado a mi vuelta una vez probados.

Desde ahí ya nos acercaron al aeropuerto para tomar nuestro vuelo a El Cairo al que llegamos ya de noche. Nos acercaron en autobús a nuestro hotel, el Ramses Hilton donde en la recepción hubo un caos monumental con tanta gente hasta que nos dieron las habitaciones.

El hotel, en teoría es de lujo, y seguro que así fue cuando se construyó, nada menos que hace 41 años y por fuera parece impresionante, pero enseguida se podía ver por dentro que seguía así desde ese año 1981. Sin duda necesita una renovación y adaptación a los nuevos tiempos. Algunas habitaciones las estaban renovando pero no nos tocaron esas, la nuestra, a pesar de su mobiliario de hace décadas, la verdad que el tamaño de las camas era lo mejor así como el de la habitación en general.

Las vistas desde la terraza, espectaculares, de todo el caos del tráfico y el río Nilo y sus espectaculares edificios cercanos. Complicado decir los habitantes que tiene esta caótica ciudad, la más poblada no sólo del país, si no de toda Africa, se dice que juntando toda la zona metropolitana, se va por encima de los 20 millones, qué locura.

Bajamos a cenar a su espectacular buffet, enorme, prometía, aunque de nuevo la calidad de la comida decepciona, de repente se termina una lasaña y la sustituyen… por unos spaguetti con tomate de autor, está claro que este macro hotel se ha quedado con un precio muy ajustado para las agencias de turismo masivo que amortizan los precios gracias a meter mucha gente aprovechando su enorme capacidad.

Ese día un pequeño grupo de nuestra excursión, que por cierto, tuvimos mucha suerte porque coincidimos con unos compañeros de viaje sensacionales, nos propusimos salir a dar una vuelta por el Cairo.

Por no alejarnos mucho del hotel, decidimos acercarnos a la isla Gezira, donde está su espectacular Torre, construida en 1961 y de 187 metros de altura.

La entrada costaba 150 libras egipcias para extranjeros (unos ocho euros al cambio) pero la mayoría del grupo no quiso subir así que seguimos caminando por los alrededores. Todo lo que os pueda decir del tráfico es poco, sobre todo para cruzar una calle porque directamente NO HAY semáforos ni pasos de cebra. He estado en otras ciudades caóticas como Delhi, Agra, Manila, Marrakech,… pero nada comparado con esto, cuántos atropellos y accidentes habrá cada día 🤦‍♂️.

Nos acercamos a la zona del famoso restaurante Blue Nile para intentar dar un paseo por esa zona junto al Nilo que se veía muy animada, pero de nuevo encontramos los típicos pícaros que nos querían hacer pagar por entrar en la zona de las barcas iluminadas flotantes a estos ingenuos turistas, pero fue tan descarado que nos negamos rotundamente.

Así que finalmente decidimos volver al hotel que lo teníamos al lado (al fondo en esta última foto).

Al día siguiente, penúltimo en el país, teníamos la visita a un lugar que os sonará y protagonista del viaje, qué bien que estuviera casi al final.

Jueves 12 de mayo

Madrugamos para salir pronto y dirigirnos a la ciudad de Guiza atravesando calles y carreteras y contando cientos y cientos de coches en un día laborable. En una hora llegamos a nuestro destino, otra macro ciudad que ha crecido tanto que parece unida a El Cairo. Entramos en el complejo y nuestro guía, con muy buen criterio y con esos «trucos» que siempre considero cruciales nos llevó lo primero a un estupendo mirador de las pirámides, para que pudiéramos hacer las fotos tranquilamente y sin agobios de gente. Y así lo hicimos, con prácticamente el paisaje para nosotros sólos y disfrutando de las vistas, ¡¡¡qué maravilloso lugar!!!. No suelo poner fotos en el blog en las que salgo yo, pero la ocasión, junto a la única de las siete Maravillas de la Antigüedad que se mantienen en pie, lo merecía, ¿me lo permitís?

Desde este punto teníamos una ruta incluida en camello de unos minutos que me parecen una turistada y que no habría hecho pero bueno, nos echamos las típicas risas subiendo y bajando del animal, que por cierto, con una sóla joroba, es más bien un dromedario, ¿no?

Tras esos minutos de disfrutar del paisaje nos acercamos junto a las tres Pirámides, las de Keops, Micerinos y Kefrén. Yo y mis amigos teníamos incluída en el paquete del viaje la visita al interior de esta última pero yo entre que me dijeron que no había mucho para ver, lo estrecho del camino para entrar, y luego además el calor que hacía dentro, decidí no entrar y dejar mi entrada para otro compañero. Habrá opiniones para todos los gustos pero de mi grupo, ninguno salió muy impresionado de lo que vieron en su interior.

A continuación y tras el guía hablarnos de tantas y tantas curiosidades sobre estas maravillas de la antigüedad y de las diversas teorías sobre cómo se construyeron (no os las perdáis) descendimos un poco, para ver de cerca otro plato fuerte del complejo, como no, la Esfinge.

Entramos en el templo del valle de Kefren, punto de entrada para verla de cerca y que por cierto no es muy interesante, y allí pudimos ver de cerca a la famosísima Esfinge, como un león tumbado con cabeza humana, como se solían hacer las representaciones en aquella época. ¿El origen de su nariz rota? un misterio y de nuevo muchas teorías, desde luego no la de que fueron las tropas de Napoléon las que la destruyeron. ¿Un terremoto, la erosión, un fanático musulmán…? 🤷‍♀️

En este punto sí que hay poco espacio y mucha gente, y todos buscando la mejor foto, así que no tardé mucho en salir de ahí, además ya hacía bastante calor aunque nada que ver con el que nos hizo en el Alto Egipto (al sur desde Luxor hasta Asuán).

A continuación, en el programa del viaje estaba la visita a otro lugar que vendía otro clásico del país, los papiros, y para ello fuimos a uno llamado Egypt Papyrus Museum. De nuevo una interesante explicación de cómo se hacen los papiros utilizando una planta y de manera artesanal. Sorprende ver cómo brillan en la oscuridad algunos. Luego de la explicación nos dieron tiempo libre para el que quisiera comprar algo.

Era ya la hora de comer así que nos acercamos al establecido típico para los tours. Este no nos disgustó, tenía sobre todo un estupendo pan de pitta cocido en directo en un lado del restaurante. Nos pusieron una especie de mini barbacoa en cada mesa donde nos podíamos asar la carne que nos iban trayendo. Todo estaba bastante bien y no hubo queja.

Tras la comida había otra excursión (la enésima) que algunos del grupo teníamos incluída y otros no. Esta era la visita a las «ciudades» de Menfis y Saqqara, ya me anticipo a decir que os la recomiendo.

Comenzamos por Menfis, y aquí sorprende sobre todo la enorme estatua de Ramsés II. A pesar de faltarle parte de las piernas, la enorme figura mide nada menos que 13 metros de altura, tumbada en el suelo se apreciaba mejor esta obra colosal.

Luego en el exterior había más estatuas donde nos contaron su historia bajo un sol de mediodía que pedía más bien estar a la sombra tranquilamente. El cansancio se acumulaba y hacía más difícil prestar atención a las interesantes explicaciones.

A continuación se suele visitar otro lugar interesante, este me gustó más. En Saqqara se encuentra la Pirámide Escalonada de Zoser, considerada la primera pirámide del mundo y la gran estructura de piedra más antigua.

A esta también se puede entrar dentro y esta sí que merece más la pena que las tres más famosas. No pongo fotos para que la veáis por vosotros mismos.

Tras esta última visita que repito me gustó por el lugar en el que está enclavado y la belleza de la pirámide volvimos al bus para dirigirnos al hotel. Por el camino, y por desgracia, bastante pobreza y mucha suciedad, grandes contrastes…

Nos ofrecieron de nuevo otro plan para esa misma noche, a mí no me apetecía mucho, costaba unos 50€, pero mis compañeros que se apuntan a un bombardeo hicerion que al final aceptara (ellos no tuvieron la culpa, jeje). Nos duchamos rápidamente y nos llevaron esta vez con mucha prisa y pasando a milímetros de medio mundo, golpe en un bordillo incluído de nuevo, a la zona de las pirámides para su espectáculo nocturno de luces. Todo apuntaba a que podía estar muy bien, un escenario estupendo, auriculares para escuchar la explicación y apenas gente, estábamos expectantes, pero…. como suelen llamarlo los angloparlantes, la «performance» me decepcionó bastante. Una historia contada sin mucha atracción y bastante sosa, y luego una espectáculo de luces lento, sin ritmo y sin apenas momentos brillantes.

Es una exhibición que por lo visto lleva muchos años y que con el escenario que tiene, seguramente uno de los mejores del mundo, podía ser increíble, pero repito, y como siempre, es mi humilde opinión, no merece lo que vale, si no te importa gastarte el dinero, y si no tienes una mejor alternativa, pues ya sabes, vas y luego me cuentas tu opinión.

Pero lo que acabó ya de rematar para mal esta excursión, fue la cena, qué horror, el restaurante le tomé el nombre para ponerlo aquí y si os enteráis que os van a llevar a este, NI SE OS OCURRA ACEPTAR, el restaurante se llamaba CHERISTO. Y no es el que lugar en sí sea malo, todo lo contrario, podréis comer o cenar en su zona al aire libre con vista a las pirámides pero tanto la comida, horrorosa, como el trato, camareros rudos que te echan la comida como si lo hicieran al ganado hacen de este sitio una experiencia que no recuerdo haberla tenido tan malo en mis múltiples viajes. Esto es uno de los peligros de los viajes organizados, lugares que no puedes chequear antes en las típicas webs de opiniones y que no tienes más remedio que aceptar.

Viernes 13 de mayo

Madrugamos de nuevo y tras nuestro copioso desayuno, teníamos el día entero para visitar el Cairo.

Comenzamos el día yendo a la mezquita de Muhammad Alí, también llamada de Alabastro por el material utilizado en su construcción. Aquí es importante llegar pronto porque es una de las principales atracciones de El Cairo y se llena de autobuses rápidamente. Para acceder primero a la llamada Sala de Oración hay que descalzarse así que podría ser buena opción llevar en la maleta unas calzas para esta y otras mezquitas.

Fue construida entre los años 1830 y 1848 en memoria del difunto hijo del gobernador otomano Muhammad Alí y es una visita más que imprescindible. Su interior es maravilloso y me recordó a las enormes y preciosas mezquitas de Estambul.

Este punto tiene unas magníficas vistas ya que está situada en un punto elevado de la Ciudadela de Saladino, la residencia de los soberanos de Egipto durante 700 años. Desde allí podréis ver los colores ocre de esta megaurbe, siempre azotada por la arena del desierto. A menudo pensaba, si se propusieran en algún momento limpiar a fondo esta ciudad, ¿cuánta gente y sobre todo tiempo se necesitaría? yo creo que años…

Tras esta visita nos dirigimos al otro imprescindible de la ciudad, el Museo Egipcio. Lamentablemente y por apenas unos meses no pudimos disfrutar del nuevo museo, mucho más grande y moderno que abrirá sus puertas en teoría en este 2022. Reunirá más de 45,000 piezas procedentes de diferentes museos, de las cuales más de 20,000 no han sido todavía mostradas al público y su coste parece que alcanzará los 1,000 millones de dólares, ocupando una superficie de más de 50 hectáreas.

Aunque nos tuvimos que conformar con el actual, por los tesoros que alberga, no deja de ser un lugar espectacular.

Guiada por las explicaciones de nuestro amigo Mustafá fuimos haciendo paradas en lo que le parecía lo más importante. Por supuesto nos habló de todos los expolios de arte egipcio que han hecho que algunas obras, como por ejemplo la célebre Piedra de Rosetta se encuentre en el Museo Británico, el tema se ve que lo llevan ahí clavado los pobres egipcios.

Hay mucha historia que contar y dejo que os la cuente vuestro guía, que seguro lo hará mucho mejor. Encontraréis momias reales y objetos de todo tipo, la mayoría fascinantes.

Como no, la joya del museo es la tumba de Tutankamon, descubierta en 1922 por Howard Carteen, que trasladó a este museo lo que se encontró en aquella tumba del Valle de los Reyes de Luxor, más de 5,000 piezas entre la que destaca la maravillosa máscara funeraria de oro macizo y que alucinaréis al verla en su vitrina. ¡¡Carter tardó 10 años en catalogar todo lo que encontró!!

Nos llevaron a comer al restaurante Bonne Soirée, un buffet de unos 20 platos que este no estuvo mal para la media del viaje, este sí lo recomendaría.

Por la tarde dimos un paseo por el atractivo y singular barrio copto. Los coptos son los egipcios cristianos, la mayor comunidad cristiana de Oriente Medio. En origen, la palabra copto se refería a todos los habitantes de El Cairo, pero con la llegada de los árabes y la expansión del islam, el concepto pasó a referirse a todos los cristianos egipcios.

Visitamos la llamada Iglesia Colgante, aunque su nombre oficial es la Iglesia Ortodoxa Copta de la Santa Virgen María, aunque en árabe es simplemente Al-Muallaqa. Es el santuario copto más importante y antiguo de El Cairo y su nombre se debe a que su nave principal fue construida sobre la puerta sur de lo que un día fuera la fortaleza romana de Babilonia. Su construcción se remonta al siglo III o IV d. C.

Luego recorrimos las callejuelas estrechas de toda esta zona que a mí me encantan, tanto o más que las iglesias y templos, me apasionan estos lugares, con sus mercados y sus negocios de todo tipo.

A continuación nos dejaron tiempo libre para visitar el gran bazar de la ciudad, el llamado zoco de Khan el Khalili.

Ojo cuando os metáis en el zoco, no acabéis perdidos porque como os imaginaréis acabaréis absorbidos en esa maraña de calles estrechas y abarrotadas de gente.

El grupo en el que íbamos enseguida nos llevó a visitar la tienda del famoso «Jordi», un egipcio que se hizo llamar así y cuya tienda se ha hecho muy famoso entre nuestros turistas compatriotas. Aunque no compramos nada, pudimos saber por boca de nuestros compañeros de viaje que la tienda efectivamente tiene buenos precios y además la atención del egipcio «catalán» es bastante buena.

Tras una media hora de pasear por las calles decidimos volver a nuestro punto de encuentro, el cansancio pesaba ya. Por supuesto recomiendo visitar este mercado y con tanta competencia siempre es posible conseguir buenos precios, así que a los amantes del regateo, este es vuestro paraíso.

Después de aquella visita, y dado que ya era nuestro último día, nos despedimos de Mustafá, nuestro fantástico guía para continuar con otra excursión incluida en nuestro pack de viaje, denominado Cairo nocturno, así que con otro guía diferente comenzamos un paseo por la calle Moez, muy famosa y conocida, de un kilómetro de longitud y que además de puestos de artesanos, a lo largo de ella encontraréis mezquitas fabulosas como la deslumbrante Al Hakim.

La excursión en teoría incluída la visita al famoso Café de los Espejos pero ni rastro de él, en su lugar nos llevaron a tomar algo en la azotea de un café llamado Abo Alaraby, pero como cuesta encontrarlo en Internet, os paso la dirección: 100 Al Moez Ldin Allah Al Fatmi, El-Gamaleya. La verdad que el sitio estaba bien, al lado de la mezquita Al Aqmar y con buenas vistas de la calle Al Moez, además coincidimos con uno de los cinco momentos de oración al día y sentados ahí charlando, escuchando de fondo la llamada al rezo, fue de lo más auténtico, me encantó.

Continuamos hasta el final de esta calle que me encantó, nada de inseguridad y sí mucho ambiente y tiendas muy originales, para al final volver a subir al autobús que nos llevó cerca del río para cenar.

Entramos en el restaurante Al Saraya, muy cerca del hotel, que es un barco convertido en restaurante. Es antiguo, parece lujoso, de nuevo con esa decoración que lo defino como un poco «casposo», y no os esperéis mucho de la comida, servicio lento y poco profesional, ¿lo mejor? las vistas, sin más.

Esta excursión, a pesar de que la cena fue un poco decepcionante, también la recomiendo si no tenéis una mejor opción que hacer.

Tras este último tour volvimos al hotel, y aunque estábamos bastante cansados, subimos al bar que hay en la azotea para disfrutar de sus espectaculares vistas y que recomiendo visitar.

Tras tomar una copa a un módico precio, volvimos al hotel para al día siguiente ir al aeropuerto para tomar nuevo vuelo de vuelta a Madrid.

La nota general del viaje es buena, y aquí os pongo, para finalizar, pros y contras de este viaje organizado:

PROS:

  1. El hecho lógicamente de que todo está organizado es una ventaja en sí misma ya que no hay que preocuparse de nada y en general estuvo bien planeado todo y no hubo retrasos de consideración.
  2. Coste del viaje: buen precio que difícilmente habría salido más barato yendo por libre, todo muy ajustado.
  3. Visitas guiadas: el tener un guía tan bueno como el que teníamos, o al menos alguien que te explique todo es una grandísima ventaja, nada que ver si visitásemos todo esto sin ninguna explicación o con las frías audioguías. Además con un guía en otros momentos puedes preguntarle todo tipo de cosas y eso creo que le da un plus importante a cualquier visita.
  4. En este viaje en concreto, la verdad que el guía intentó en todo momento hacernos el viaje lo más cómodo posible, evitando aglomeraciones siempre que pudo y tiempos de espera, aplicando para ello los «trucos», la experiencia y la picardía lo mejor que pudo.
  5. Nos tocó, y eso sí que es suerte, un grupo de compañeros muy muy bueno, lo pasamos bien, con el paso de los días cada vez fuimos estrechando lazos y esto sí que, si tienes la suerte que tuvimos nosotros, es un plus más del viaje.

CONTRAS:

  1. Como todo viaje organizado ya de antemano, no tienes opción de modificar nada del programa del día, sólo coger excursiones extras que os ofrecerán.
  2. En ciertos momentos había mucha confusión en las diferentes excursiones que tenía incluída cada uno del grupo y perdimos bastante tiempo en organizar cuánto pagaba cada uno, qué hacía cada uno, con qué guía iba cada grupo (esto ya más en El Cairo), etc. Lo mejor sería que todos los del grupo fueran con el mismo mayorista o todos tuviéramos el mismo tipo de viaje con las mismas visitas.
  3. La comida podría mejorar, ya sé que el precio está ajustado pero también sabiendo los precios en estos países, a veces no disfrutamos del mejor servicio y calidad.
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