Veníamos de Las Vegas del que habíamos salido por la mañana y dado que no llegaríamos pronto a Zion, ya que lo haríamos alrededor de las dos de la tarde, había leído que iba a ser complicado aparcar en el aparcamiento del Centro de Visitantes del parque así que pensábamos hacerlo en Springdale, el pueblo más cercano ya que hay autobuses gratuitos que te llevaban al parque. Finalmente dado que era domingo y veíamos muchos coches que venían en dirección contraria, decidimos arriesgarnos y nos fue bien porque encontramos sitio en ese parking.
Para entrar hay que pagar 25$ por vehículo y la entrada es válida para 7 días, pero dado que íbamos a estar en otros dos parques más incluídos en el National Park Service, teníamos la posibilidad de coger el llamado Annual Pass que permite entrar en todos ellos por 80$ y tiene una validez de 1 año. Además si sólo lo utiliza un vehículo como fue nuestro caso, y al tener espacio la tarjeta que te dan para 2 firmas, le puede servir para acceder a un coche distinto, así que a la vuelta a tu país lo puedes vender en alguna página de segunda mano a mitad de precio por ejemplo (yo cuando estoy escribiendo estas líneas, unas semanas tras volver, ya la he vendido), así que compensa, ¿no?
Aprovechamos para comer algo que teníamos en la nevera y nos pasamos por la recepción. Decir que este parque sobre todo para los no norteamericanos no es de lo más visitados, eclipsado por el Bryce Canyon y desde luego el Gran Cañón, pero según las cifras oficiales es el tercero más visitado (4,5 millones de visitantes en 2017) de los importantes, por delante de algunos más conocidos como Yellowstone o Yosemite, así que decidí darle una oportunidad y no me arrepiento en absoluto.
De las múltiples rutas que tiene, la más famosa es la llamada Angel’s Landing, de unas 4 horas sólo ida, dura pero que tiene un final espectacular, considerado también de los más peligrosos porque esa parte final para llegar a un espectacular mirador se hace muy cerca de una pendiente por un camino estrecho con la única sujeción de una cadena, así que cualquier descuido o tropezón puede tener un final trágico. Lamentablemente y dado que dos meses antes del viaje me operaron del menisco de la rodilla decidí no arriesgar y elegir otras opciones más fáciles.
Como en otros de la Red de Parques Nacionales, disponen de autobuses gratuitos no contaminantes que suponen una estupenda y ecológica manera de visitarlos.
Zion cuenta con más de 240 km de senderos para los amantes del trekking y a diferencia del Gran Cañón o del Bryce, donde se visitan desde su parte superior, en este se empieza desde abajo, con rutas que la mayoría suben por las paredes del espectacular desfiladero que el río Virgin ha tallado durante millones de años. Este es el plano de la ruta que hacen los autobuses.
Tras visitar brevemente el Centro de Visitantes, subimos en un autobús sobre las 16h alucinando con las imponentes paredes de arenisca roja que teníamos a ambos lados. Durante el trayecto una grabación va explicando diferentes informaciones sobre el Parque mientras recorres una parte del cañón de Zion, una hendidura de 24 kilómetros de longitud y 800 metros de profundidad.
Avanzamos hasta el final, a la parada de Temple of Sinawava, a la que llegamos en unos 20 minutos y tras 6 paradas previas. Teníamos previsto hacer un pequeño tramo de la ruta más visitada incluso por delante de Angel’s Landings y que es más popular sobre todo porque es muy sencilla.
Allí comienza el Riverside Walk, un camino pavimentado de una milla de longitud, que transcurre junto al río Virgin a lo largo de un estrecho cañón. Vemos un ciervo y sobre todo ardillas, que más bien salvajes están más que acostumbradas a ver gente y se acercan mucho a ver si consiguen algo de comida, por supuesto no les dimos nada.
Cuando el pavimento acaba, empieza el desfiladero llamado The Narrows que se hace literalmente remontando el río. Como ya lo sabíamos fuimos con calzado para caminar por el agua y luego otro par para cambiarnos, el agua estaba fría pero se soportaba. Si tenéis pensado avanzar mucho o no tenéis el equipo necesario podéis alquilar en una tienda a la entrada del parque tanto las botas como un bastón por unos 25 dólares. Había bastante gente en la parte inicial y algunos muy preparados para avanzar un buen tramo río arriba, no era nuestro caso, jeje.
Obviamente hay que tener cuidado con la cantidad de agua que lleve el río así que es importante que os informéis en el centro de visitantes del caudal del mismo y también si puede haber riesgo de riada por posibles tormentas repentinas. Si el cauce es normal como el que nos encontramos nosotros, os recomiendo que os adentréis lo más posible, donde el río se incrusta literalmente entre paredes de roca de metros de altura, espectacular.
Avanzamos un trozo hasta que el agua ya nos llegaba por los muslos, momento en el que decidimos volver, también porque eran ya casi las 7 de la tarde, no sin antes disfrutar del lugar y alucinar con la altura de las paredes que teníamos a ambos lados y que hacen de esta ruta sin duda muy recomendable. He visto fotos de tramos más adelante de donde nos quedamos nosotros y he decir que son espectaculares.
Nos cambiamos el calzado y volvimos a la parada de autobús a la que se llega en unos 25 minutos. Cogimos el primero que llegó para llegar al coche sobre las 7 y media. Iniciamos la marcha y nos dirigimos hacia el este para ir hacia Kanab, donde estaba nuestro hotel. Dejamos atrás el parque al que volveríamos dos días más tarde. En una hora aproximadamente por una carretera con muchas curvas pero muy interesante sobre todo la primera parte llegamos a Kanab, el lugar donde dormiríamos y que no elegí por casualidad.
Primero lo cogí porque era un estupendo punto medio entre el Bryce Canyon y Zion, luego porque era quizás de los pueblos más grandes y más recomendables para visitar en el área, y por último porque en este pueblo se celebra cada día un sorteo para poder visitar uno de los lugares de los que me enamoré nada más ver una foto, un lugar conocido como The Wave, en la zona denominada Coyote Buttes North. Se trata de una especie de duna de arena petrificada del período Jurásico que encontró un fotógrafo alemán a finales de los años 90 y cuyas fotografías impresionaron a todo el mundo, y no me extraña.
Para que os hagáis una idea, aquí una foto extraída de la web www.wallpapers13.com., impresionante, ¿no créeis?.
Todo lo referente al sorteo lo tenéis en la siguiente publicación, la de Bryce Canyon.
En esta localidad el hotel mejor valorado en Tripadvisor era el que elegimos para pasar dos noches, el Comfort Suites Hotel y no nos equivocamos, eso sí, no es barato, pagamos 150$ por noche (unos 130€ en este momento) con el desayuno incluído y tanto la habitación, como el hotel, estaba genial, muy recomendable.
Como llegamos sobre las 20:30 y hacía buena temperatura todavía nos dio tiempo a bañarnos en el spa que había junto a la piscina, que aunque muy caliente, nos permitió relajarnos de todo el día.
Para cenar buscamos un sitio y sorprendentemente había más sitios abiertos de los que esperábamos, y eso que era domingo, el ser una localidad turística a veces tiene estas pequeñas ventajas.
Salimos a la calle y vimos uno casi enfrente del hotel que tenía mucha gente, eran sobre las 21:30h, se llamaba Rocking V Cafe. Había cola y nos apuntamos para la lista de espera. Miramos la carta pero al no gustarnos mucho, decidimos finalmente volver al hotel y montarnos el picnic con lo que teníamos en la nevera, y no resultó mala opción. Creo que fue clave estas comidas «caseras» para no saturarnos de siempre lo mismo, tenerlo en cuenta.
El día siguiente lo dedicaríamos a visitar Bryce Canyon, pero el siguiente a ese volvimos a Zion. Aquí tenéis el motivo y veréis como merecía la pena.
Día 5
Este quinto día de viaje nos levantamos muy pronto, sobre las 7, luego comprobaréis por qué. Desayunamos rápidamente y nos reímos porque nos dimos cuenta de que en el hotel escondían los yogures y otros productos para evitar la «rapiña» de los chinos, curioso. Este día y dado que no teníamos una jornada con muchas cosas para visitar, se me ocurrió que podríamos volver al Zion para hacer una ruta de la que había oído hablar muy bien, pero tenía un inconveniente, el aparcamiento, así que había que llegar muy pronto. Había unos 60 kms y salimos sobre las 8 de la mañana.
Por el camino y en una larga recta, tuvimos la anécdota del viaje que os cuento porque fue un buen susto. Ví un coche parado en la cuneta y a pesar de que iba a la velocidad recomendada y por un gesto instintivo, pisé el freno, pues bien, me fijo que es un coche de la policía, y que cuando pasamos junto a él veo por el retrovisor que arranca detrás de nosotros con las luces y sirenas encendidas, me temo lo peor, que nos va a parar, y así fue. Detengo nuestro Nissan (como para no hacerlo) en la cuneta y se baja el policía detrás y se acerca como en las pelis, con la mano en la pistola y muy lentamente. Cuando llega hasta nosotros nos pregunta que por qué hemos frenado, que eso lo suelen hacer los borrachos (curiosa conducta) y que por eso nos había parado. Pero ya nos ve que somos turistas e inofensivos y nos pide el carnet de conducir. Muy amablemente le entregué el internacional que había sacado en España y tras volver a su coche y revisarlo, nos lo devolvió y nos deseó un buen viaje con una sonrisa. Fue un susto porque all con la policía, ya se sabe, pocas bromas.
Llegamos a las 8:50h exactamente a nuestro destino, justo nada más pasar el control de entrada de nuevo a Zion. Yo iba bastante nervioso por si no íbamos a tener sitio para aparcar (el tema este siempre me agobia muchísimo) ya que apenas hay un parking junto a la ruta de unos 8 coches y que encima no se puede entrar en el sentido en el que íbamos, pero habíamos visto que había junto a la carretera poco antes de llegar algunas plazas. En la primera que vimos aparcamos, uff! lo habíamos conseguido. Así que un consejo, si queréis hacer la ruta, no llegar más tarde de las 9 de la mañana.
La ruta que íbamos a hacer es la llamada Canyon Overlook Trail, y para hacerla hay que llegar en coche hasta la Zion_Mount Carmel Highway (zona Este). Si vienes desde el Oeste, por ejemplo desde Las Vegas nada más cruzar el túnel sí que podéis entrar en el pequeño aparcamiento, pero recordar, hay muy pocas plazas ahí, y algunas pocas más adelante, que es donde dejamos el coche nosotros. Este es el mapa de la ruta.
La ruta es muy sencilla y corta, y fue la alternativa a Angel’s Landing por el tema de mi rodilla, y fue un gran acierto. Apenas hay desnivel y el camino es interesante, pero la «traca» está al final.
Pasamos por una zona escarpada entre rocas, que me recordó por un momento a la ruta del Cares asturiana.
Y después de apenas 25 minutos, nos encontramos un mirador que nos dejó sin aliento, una preciosa vista de un «brazo» del cañón principal del Parque, el Zion Canyon, IMPRESIONANTE, otra de las imágenes del viaje para mí, ya iban 3.
Estuvimos unos cuantos minutos disfrutando de las vistas y la tranquilidad que se respiraba, era pronto y había poca gente, un momento sublime de contemplación y relajación.
Después de esta preciosa ruta ya dejamos, ahora sí definitivamente el parque y seguimos en dirección a Page, para ver otros sitios muy esperados HORSESHOE BEND y ANTELOPE CANYON.
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