De tantos sitios que recorro cada año de nuestro país, hay algunos que me decepcionan, otros que me gustan sin más y hay otros que me impactan, y si me decidí por hacer esta entrada, fue porque el lugar objeto de la misma, simplemente me enamoró.
En el Parque Natural Urbasa y Andía, en el oeste de Navarra se encuentra el río Urederra, que en euskera, significa ‘agua hermosa’ y el nombre no le puede ir mejor.
Lo más importante que tenéis que hacer antes de ir, y aquí es imprescindible ya que sólo se permiten 500 personas al día, es reservar plaza en el aparcamiento del pueblo de Baquedano. Si no lo hacéis os será muy complicado ir porque tendríais que aparcar en alguna zona restringida y os arriesgáis a ser multados. Os informo de que el acceso al pueblo y el estacionamiento fuera del parking es sólo para residentes, cosa que veo bien. Las tarifas de reserva de plaza no son altas, 5€ un coche, 2€ una moto, 10€ la autocaravana, etc (precios de 2025). Aquí tenéis el link que tras hacer la reserva os proporcionará un QR con el que podréis entrar en el parking, mostrándolo en un escaner se os abrirá la barrera.
Este es el pequeño parking del que os hablo, para encontrarlo en Google Maps lo podéis buscar como «Área de acogida del Nacedero del Urederra».

Una vez dejado el coche, hay una pequeña casa al lado donde hay baños y donde podéis solicitar información sobre la ruta. El comienzo está indicado y no tiene pérdida. Atravesaréis el pueblo de Baquedano, y enseguida encontraréis el camino que os llevará a vuestro destino.

El paseo, porque es algo optimista considerarlo una ruta de montaña, es de unos 6 kms, muy sencilla, con un desnivel de apenas 90 metros y dependiendo de las veces que os pararéis a hacer fotos, y creerme, que lo haréis muy a menudo, os puede llevar como 2 – 2.5h.
Tras dejar el pueblo y después de una zona boscosa…

Empezaréis a oír el ruido del río y ahí empieza lo mejor, ¿estáis preparados?.
Enseguida os encontraréis con el primer «balcón» al espectacular río.

Desde ese punto ya es un continuo disfrute para la vista de tan increíble paisaje. Nosotros fuimos en abril, osea primavera y estaba precioso, pero en otoño también tiene que ser impresionante, con todas las hojas caídas de los olmos y hayas que hay alrededor.

Recorreréis un camino paralelo al río, que por cierto, no puede estar más bonito construido, todo de madera y perfectamente integrado en el paisaje. Hay algunos rincones que parecen sacados de un cuento de hadas, queda cursi, pero es así… y si no, dejar volar la imaginación.

Os iréis encontrando cascadas y pozas de un espectacular color de agua, y eso que no hacía sol, porque había leído que con sol, los colores entre azulados y verdosos son increíbles, una razón más para volver, porque desde luego que volveré.

No pongo más fotos para que podáis verlo todo con vuestros ojos y no desvelaros todo. El contraste de colores de las hayas, robles, olmos, arces y tejos que hay por el camino también ayuda a hacer el paisaje más espectacular, junto con el color de las rocas, recubiertas de ese musgo verde tan atractivo.
Os preguntaréis, ¿de dónde procede ese color tan poco común que tiene el agua? pues según me he podido informar es debido a que el nacimiento del Urederra es la salida natural del acuífero que descansa en el macizo kárstico del parque natural, y eso es lo que hace que su agua adquiera esas tonalidades al filtrarse entre las rocas.
El último tramo del sendero, el que llegaba hasta las espectaculares cascadas del Tubo y del Elefante, está cerrado al público por motivos medioambientales, ya que se encontraba muy deteriorado en 2019, que es cuando se cerró esa última parte.
Desde el final actual de la senda, tendréis al fondo una bonita vista del espectacular macizo donde nace el río, quedaros con esto porque os propongo subir a lo alto del mismo.

Tendréis que hacer el camino de vuelta que está perfectamente indicado por un camino muy cercano al de la ida, con una perspectiva más alejada y desde un punto más alto que la otra.
Una vez alcanzado de nuevo el pueblo de Baquedano, tenéis al menos un bar donde podréis hacer alguna parada antes de llegar de nuevo al parking.
Después de esta bonita senda, os recomiendo acercaros al mirador de Ubaba, también llamado ‘Balcón de Pilatos’ que se encuentra apenas a 15 min de Baquedano, poner el GPS.

Atravesaréis al comienzo una explanada de imponentes árboles que les dan a la zona un aspecto fantasmagórico (o eso me pareció a mí 🙄) porque no hay mucha más vegetación y los árboles son enormes.

Y llegaréis enseguida tras una ligera pendiente ascendente al mirador situado a 924 metros de altura que como si de un acantilado al mar se tratase, lo que veréis será el mar verde del Valle de Améscoa y más de 300 metros de caída, preciosas vistas, y eso que el día que fuimos, el tiempo no acompañaba.

Desde aquí si os fijáis veréis la misma pared de roca que vistéis desde abajo al final de la senda, el macizo kárstico, refugio ideal para aves como el buitre leonado.

Una vez ya de vuelta al coche, si reemprendéis la marcha hacia el norte encontraréis unos paisajes alucinantes sacados de una película del Señor de los Anillos, con la humedad acumulada que había, las rocas estaban todas recubiertas de musgo y hacía un efecto increíble, creerme.
Cuando fuimos nosotros, a esa hora ya era casi la de comer, y habíamos reservado en un restaurante a unos 30 kms del mirador al noroeste, en la localidad de Araia, ya en la provincia de Álava.
El restaurante se llama Umandi Jatetxea, está bastante escondido y por eso yo creo que además de que todo lo que comimos estaba riquísimo, tenía un precio imbatible, un menú de 18€ y otro de 25€, a cada cual mejor.


Por curiosidades de la vida, nos encontramos en el establecimiento al famoso montañero alavés Juanito Oiarzábal, y estoy seguro que si estaba ahí, se comía bien seguro.
Bueno, pues esta ha sido la entrada a este lugar que os recomiendo sí o sí que lo visitéis, os llevará apenas una mañana y lo podéis combinar con algún otro sitio, que toda esa zona entre Alaba y Navarra está llena de lugares interesantes.